Parece caer el cielo ante nuestros pies, parece que los recuerdos del amor sólo hacen daño al corazón, y es que no hay motivos para seguir viviendo si la razón no pasa a la acción. Escondo ahora lo que escribo, porque no puedo ser testigo de la destrucción de este mundo que una vez fue mi cuna, y ahora es un infierno ardiente que quema mis sentidos.
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